En Colombia, desde hace varios días, cuelgan cada vez más trapos rojos de ventanas y balcones de viviendas. Pero, ¿qué significan en medio de la pandemia?

Empezaron a aparecer en San Bernardo, en el Centro y Soacha, en el sureste de Bogotá, y entre los casos más preocupantes, está el barrio Potosí de Ciudad Bolívar, donde prácticamente todas las casas tienen algún trapo rojo colgando en sus fachadas como señal de falta de abastecimiento para pasar la cuarentena. También se cuelgan manteles, pantalones y hasta camisetas de la Selección de Fútbol para llamar a la solidaridad de los vecinos, como un S.O.S.

La idea surgió como una iniciativa ciudadana que, sin salir de casa y en medio de la cuarentena, buscan que los distintivos rojos puedan ser herramientas para pedir ayuda, como dinero y alimentos, especialmente para las familias de bajos recursos que se han quedado sin sustento mínimo en plena pandemia de covid-19.

“Es conmovedor ver el testimonio de buenos vecinos que comparten sus alimentos a quienes más lo necesitan, también ha sacado lo mejor de la gente”. 

Uno de los habitantes se enteró de las donaciones gracias a los vecina que le recomendaron “poner el trapo porque iba a venir el alcalde y nos colabora a quienes necesitamos”.

Además del alcalde, también se ha visto la movilización de compañías que entrega miles de bolsas con arroz, lentejas y harina en colegios y plazas donde la gente hace horas de filas, y realiza recorridos por los barrios entregando despensas.

Además evita que la gente se amontone y “se quedan esperando tranquilas en sus casas”.

Sin embargo, el problema se ha extendido por todo el territorio, lo que causa incertidumbre entre las familias con trabajos informales, como los vendedores ambulante, las empleadas domésticas, los albañiles, limpiadores de autos, etc.

Marcos González, historiador experto en cultura afirmó que “el trapo va en camino a pasar de ser un llamado de ‘venga y me ayuda’ a convertirse en un símbolo de protesta… La gente en el desespero agarra un símbolo para desahogarse”.

Por otro lado, de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas, más de un tercio de los casi cinco millones de venezolanos que salieron de su país huyendo de la crisis, están en Colombia, y el 90% de ellos, según las autoridades colombianas, trabaja el comercio informal.

Varias organizaciones de derechos humanos han alertado que entre la población más vulnerable ante la expansión del Covid-19, están los adultos mayores y los inmigrantes y refugiados, no solo porque viven en condiciones de hacinamiento, sino porque además dependen de la economía informal, congelada debido al confinamiento.

De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas, más de un tercio de los casi cinco millones de venezolanos que salieron de su país huyendo de la crisis, están en Colombia, y el 90% de ellos, según las autoridades colombianas, trabaja el comercio informal.

Durante la última semana, miles de refugiados han emprendido el viaje de vuelta a Venezuela, del que salieron huyendo de la crisis socioeconómica porque la pandemia del coronavirus congeló su única fuente de ingresos.