Después de que Donald Trump sacara a debate el 16 de abril que el origen del coronavirus se debía a un error humano y que pudo ser sembrado, varios noticieros digitales afirmaron la tesis de que el Washington Post confirmaba la teoría de Trump de que el brote comenzó en el laboratorio del Instituto de Virología de Wuhan en un programa de investigación sobre virus, que resultó ser otro bulo más sobre el Covid-19.

Pero no han parado las teorías de conspiración con el mismo tema, esta vez de un laureado virólogo francés.

El premio Nobel de Medicina Luc Montagnier, que fue distinguido en 2008 con el Premio Nobel de Medicina por sus aportaciones al descubrimiento del VIH, rechazó el origen animal y  dio su teoría en una entrevista para el Diario Pourquoidocteur “Porquédoctor”, de que el origen del virus pudo haber surgido en el Instituto Virología en Wuhan, mientras se investigaba una vacuna contra el virus del sida, y “no pudo haberse producido de forma natural”.

La prueba, explicó, es la presencia de elementos del VIH en el genoma del Covid-19, e incluso de elementos del parásito de la malaria.

Las declaraciones de Montagnier fueron refutadas por el virólogo Etienne Simon-Lorière, responsable de la estructura genómica evolutiva de los virus ARN en el Instituto Pasteur.

“No tiene sentido. Son pequeños elementos que encontramos en otros virus de la misma familia, y de otros coronavirus en la naturaleza”, y explicó…

“Si cogemos una palabra de un libro y esa palabra se parece a la de otro libro, ¿podemos decir que uno ha copiado al otro? Es aberrante”.

La teoría también ha sido ya desmentida por los análisis del genoma del virus comunicados por científicos chinos e investigadores de todo el mundo, después aislar y analizar ellos mismos el virus a partir de muestras provenientes de pacientes en sus propios países.

No es la primera vez que el virólogo causa controversia, hace 10 años se enfrentó a la comunidad científica de su país, Francia, y se instaló en Shaghai.

Hasta ahora, la teoría que se mantiene como posible es que el origen de la transmisión humana surgió en un mercado de animales salvajes de Wuhan, situando el murciélago como punto de partida y como transmisor a los humanos pudo haber sido los pangolines.